Ellie Goulding inaugura una nueva etapa artística y personal con “Destiny”, el primer sencillo de su próximo proyecto discográfico, un trabajo que refleja su evolución tras un doloroso divorcio y un álbum anterior que, según ella misma reconoce, “no sonaba a mí”. La cantante británica ha desarrollado este nuevo material entre Estados Unidos y Reino Unido, de la mano de Jack Rochon y el reconocido productor Max Martin, transformando su experiencia de desamor en música bailable y esperanzadora.

En declaraciones a NME, Goulding confesó que escuchó por primera vez “Destiny” poco después de su separación: “Fue una época muy turbulenta. Era un matrimonio, no solo una relación, y no sabía qué más hacer aparte de dedicarme a la música”. Inspirada por esa ruptura, la compositora ha explorado un lado de sí misma que hasta ahora permanecía desconocido, proyectando una visión más auténtica y profunda de su vida y sus emociones.
Sobre su próximo disco, aún sin título ni fecha de lanzamiento definitiva, Goulding explica que se trata de un trabajo ambicioso y personal: “Antes componía música más escapista, pensando que no escribir sobre cosas personales me ayudaría a evadirme. Me di cuenta de que eso no me servía de nada”. Ahora, su nuevo material combina experiencias íntimas, reflexiones sobre la vida, la naturaleza y sus amistades, mostrando una versión de ella misma “que no tiene nada que perder”.
Además de este disco pop, la artista adelanta que pronto lanzará un proyecto de música clásica, fruto de su amor por el género, consolidando así un periodo de reinvención y creatividad que marca un giro radical en su carrera y su vida personal.
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